Presentado el Instrumentun Laboris, instrumento de trabajo para los participantes en la Segunda Sesión de la XVI Asamblea General Ordinaria del Sínodo de los Obispos que se celebrará en octubre.
El camino sinodal de la Iglesia ha dado un nuevo paso adelante. Siempre con el objetivo de «la conversión sinodal de la Iglesia con vistas a la misión». El pasado 9 de julio, de hecho, se hizo publico el Instrumentun Laboris, que es ante todo un instrumento de trabajo para los miembros de la Segunda Sesión de la XVI Asamblea General Ordinaria del Sínodo de los Obispos que se reunirá en octubre.
El texto nace de las reflexiones que las Conferencias Episcopales, las Iglesias Orientales Católicas y otras realidades eclesiales internacionales, así como los informes presentados por los párrocos en la sesión de trabajo de tres días de los Párrocos para el Sínodo, han realizado en torno al Informe de Síntesis de la Primera Sesión (4-29 de octubre de 2023) a la luz de las indicaciones dadas por la Secretaría General del Sínodo a través del documento Hacia octubre de 2024.
El Instrumentum laboris se desarrolla en cinco secciones.
La primera está dedicada a los Fundamentos de la comprensión de la sinodalidad, «que vuelve a proponer la conciencia madurada a lo largo del camino y sancionada por la Primera Sesión» celebrada el pasado mes de octubre.
Le siguen tres Partes estrechamente entrelazadas, «que iluminan desde diferentes perspectivas la vida sinodal misionera de la Iglesia»:
I) la perspectiva de las Relaciones -con el Señor, entre hermanos y entre Iglesias- «que sostienen la vitalidad de la Iglesia mucho más radicalmente que sus estructuras»;
II) la perspectiva de los Itinerarios «que sostienen y alimentan concretamente el dinamismo de las relaciones»;
III) la perspectiva de los Lugares «que, contra la tentación de un universalismo abstracto, hablan de la concreción de los contextos en los que se encarnan las relaciones, con su variedad, pluralidad e interconexión, y con su arraigo en el fundamento naciente de la profesión de fe».
El documento publicado a comienzos de julio es muy amplio y aborda numerosas cuestiones. De particular interés es la sección sobre el papel de la mujer en la Iglesia. En efecto, las aportaciones de las Conferencias Episcopales reconocen que «hay muchos ámbitos de la vida de la Iglesia abiertos a la participación de las mujeres». Sin embargo, «observan también que estas posibilidades de participación quedan a menudo sin utilizar». Por eso sugieren que la Segunda Sesión «promueva el conocimiento de las mismas y fomente su mayor desarrollo dentro de las parroquias, diócesis y otras realidades eclesiales, incluidos los puestos de responsabilidad». También se pide «explorar nuevas formas ministeriales y pastorales que expresen mejor los carismas que el Espíritu derrama sobre las mujeres en respuesta a las necesidades pastorales de nuestro tiempo». A este respecto, el Instrumentum laboris cita lo escrito por una Conferencia Episcopal Latinoamericana: «En nuestra cultura sigue siendo fuerte la presencia del machismo, mientras que es necesaria una participación más activa de la mujer en todos los ámbitos eclesiales». Como afirma el Papa Francisco, su perspectiva es indispensable en los procesos de toma de decisiones y en la asunción de roles en las distintas formas de pastoral y misión».
Siguiendo con el tema del papel de la mujer, el documento informa que de las aportaciones de las Conferencias Episcopales surgieron peticiones concretas que se someterán a la consideración de la Segunda Sesión, entre ellas: «a) la promoción de espacios de diálogo en la Iglesia, para que las mujeres puedan compartir experiencias, carismas, habilidades, intuiciones espirituales, teológicas y pastorales para el bien de toda la Iglesia; b) una participación más amplia de las mujeres en los procesos de discernimiento eclesial y en todas las fases de los procesos de toma de decisiones (redacción y toma de decisiones); c) un acceso más amplio a los puestos de responsabilidad en las diócesis y en las instituciones eclesiásticas, de acuerdo con las disposiciones existentes; d) un mayor reconocimiento y apoyo a la vida y a los carismas de las mujeres consagradas y a su empleo en puestos de responsabilidad; e) el acceso de las mujeres a los puestos de responsabilidad en los seminarios, institutos y facultades de teología; f) el aumento del número de juezas en los procesos canónicos».
Más controvertida, sin embargo, es la cuestión de la admisión de mujeres al ministerio diaconal. «Algunas Iglesias locales» lo piden, mientras que «otras reiteran su oposición». Esta cuestión, precisa el documento, «no será objeto de los trabajos de la Segunda Sesión», pero «es bueno que continúe la reflexión teológica, con tiempo y modalidades adecuados».
En este contexto, el Instrumentum laboris recoge, de forma más general, «el deseo de un fortalecimiento de todos los ministerios ejercidos por los laicos (hombres y mujeres)». Con la petición específica de que «fieles laicos, hombres y mujeres, adecuadamente formados, puedan contribuir a la predicación de la Palabra de Dios también durante la celebración de la Eucaristía», es decir, que puedan pronunciar homilías durante la Misa.
Por último, el documento recuerda que sobre cuestiones particulares, como el acceso de las mujeres al diaconado, el Papa ha constituido 10 grupos de trabajo ad hoc. Porque se trata de «cuestiones de gran importancia, algunas de las cuales requieren ser tratadas a nivel de toda la Iglesia y en colaboración con los Dicasterios de la Curia Romana». No se trata, sin embargo, «de sustraer ciertos temas al debate de la asamblea, que ya ha expresado una convergencia en cuanto a su importancia, sino de aportar elementos útiles desde el punto de vista teológico y canonístico para ofrecer al ministerio de Pedro».
