Guerrero Alves, J.A. y Martín López, O., Conversación espiritual, discernimiento y sinodalidad, Ed. Sal Terrae, Santander 2023.
Esta obra, tal como nos dicen sus autores en la introducción, parte del trabajo realizado en el proceso de preparación del reciente Sínodo de la Sinodalidad, proceso que ha durado desde 2021 a 2024. En dicho proceso, reflejado en el llamado Instrumento laboris del sínodo, se optaba por la denominada conversación en el Espíritu como método de trabajo. Los autores de este libro – ambos han tomado parte en los trabajos de preparación del Sínodo – han querido, desde la tradición jesuita que es la suya, ayudar a aclarar el origen y sentido de dicha metodología de Conversación en el Espíritu – o conversación espiritual que es el término ignaciano original – que el Sínodo ha elegido para sus trabajos.
El prólogo
Destaca en esta obra el prólogo escrito por el mismo Papa Francisco, en que el Santo Padre agradece esta aportación y confirma su valor aclaratorio para los trabajos del Sínodo y para la vida de la Iglesia en general.
El libro comienza con una reflexión sobre la conversación en el mundo de hoy. Para los autores la mejor definición etimológica de conversación sería la idea de verter en un mismo cauce: verter visiones, ideas, sueños… Así entendida la conversación está muy ausente de nuestras sociedades, y esto probablemente es la causa del deterioro de la amistad cívica de la que habla Fratelli tutti y que es la que puede unir a las sociedades. Desde este concepto general los autores describen la conversación espiritual como una conversación que es llevada por el Espíritu Santo, no por los intereses de los interlocutores.
A continuación, los autores reflexionan sobre cómo la conversación así entendida puede ser instrumento para la sinodalidad. Esto lleva a ver la conversación espiritual como método para el discernimiento en común, la búsqueda comunitaria de la voluntad de Dios. Este discernimiento pide un tiempo de conversación espiritual especial, pautada y organizada, que vaya más allá de simplemente dejar las cosas a la pura espontaneidad.
Breve historia del discernimiento en común
Los autores de la obra hacen también una breve historia del discernimiento en común. Tal modo de discernimiento es relativamente reciente y fruto de la visión actual del ser humano, más comunitaria e igualitaria, que lleva a considerar que todo el mundo debe poder contribuir a la clarificación de la vida de la comunidad. El concepto de discernimiento en común así entendido surge a comienzos de los años 70 acompañado de una carta del P. Pedro Arrupe, General de los jesuitas, sobre el tema que formuló algunas de sus intuiciones principales. Sin embargo, propiamente las raíces se pueden encontrar antes. Así en la propia historia de los orígenes de la Compañía de Jesús encontramos la llamada Deliberación de los primeros padres, un proceso de búsqueda conjunta de la voluntad de Dios por parte de San Ignacio y los primeros compañeros que llevó a la fundación de la orden. Guerrero y Martín estudian en la obra que nos ocupa los textos sobre dicha deliberación intentando explicitar la metodología seguida por los primeros jesuitas y sus implicaciones.
Posteriormente la obra profundiza en el método de la conversación espiritual ayudando a entender qué tipo de escucha requiere y qué tipo de intervenciones requiere de quienes participan en ella. La escucha debe ser activa y vulnerable y el compartir debe ser intencional, es decir, con la voluntad de compartir lo que uno siente que Dios le dice en la oración. También presenta la obra en un capítulo aparte las disposiciones interiores que son condición de posibilidad para que la conversación espiritual pueda darse.
En otro capítulo posterior los autores intentan presentar las bases escriturísticas y teológicas que están detrás de la conversación espiritual y el discernimiento en común. Destacan, en este sentido, los conceptos propios del Concilio Vaticano II de sensus fidei (sentido de la fe de cada creyente)y sensum fidelium (el sentido de los fieles en su conjunto) que explican la importancia de esta invitación a escuchar lo que el Espíritu dice al Pueblo de Dios.
Finalmente, la obra comenta un esquema de conversación espiritual basado en un tiempo de oración personal previo al que sigue una reunión distribuida en tres rondas de intervenciones con una cierta disciplina para ello. Como apéndice se ofrecen también algunos esquemas resumen de la metodología del discernimiento en común. Estos esquemas plantean dos situaciones diferentes en que aplicarlas: ya sea una reunión simplemente para una conversación espiritual general que ayude al grupo a formarse una opinión discernida de un tema, ya sea una reunión para para tomar una decisión en un punto concreto.
En conclusión, un libro que, en su sencillez y pequeño tamaño, se revela como muy valioso e inspirado. Una ayuda inestimable no sólo para saber cómo organizar una reunión en clave de conversación espiritual tal como lo pide el Sínodo de la sinodalidad, sino también para saber por qué hacerlo así y encontrar la inspiración y el impulso para hacerlo.
